Los Ancares están situados al noroeste de El Bierzo. Lo forman el municipio de Candín con dos vertientes, Sil y Navia, separadas por el puerto de Ancares (1648 metros). El valle d Ancares consta de montañas de elevada altitud media y pendientes pronunciadas. El río principal, que da nombre a la comarca, es el río Ancares, afluente del río Cúa que, a su vez, lo es del Sil. Este río nace como río Cuiña y tiene como afluentes a los ríos Miravalles, de la Vega, arroyos del Penedón, de Baliñas y de la Cruz. Tradicionalmente, sólo los pueblos del alto Ancares se denominan ancareses, a partir de San Martín de Moreda y hasta San Pedro de Olleros, donde el río vierte al Cúa, ya se consideran bercianos.
La altitud varía entre el valle, de 800 a 900 metros, y los picos más altos que lo bordean, cerca de 2000 metros (Pico Miravalles 1969 metros).
El clima es de montaña, con elevada pluviometría y temperaturas moderadas.
En los ancares se puede encontrar diferentes tipos de flora, como pueden ser: castaños, hayas, robles, tejos, acebos, alisos, abedules, capudres, avellanos y chopos. Entre los arbustos y hierbas: brezos, escobas y piornos, o genciana, entre otras. Son abundantes los pastos de alta montaña que sirven de sustento al ganado en verano.
La fauna característica cuanta con mamíferos como el corzo y el jabalí. Junto a ellos habitan hasta 48 especies más de mamíferos entre los que aún pueden observarse ciervo, gineta, gato montés e incluso oso. La población de lobos ha vuelto a recuperarse después de haber sido muy perseguida. Entre las aves destaca la presencia del urogallo. Toda la cuenca hidrográfica de Ancares está declarada como aguas trucheras. La trucha común es el pez más frecuente.
La vivienda típica y tradicional de la zona es la Palloza conocida también como pallouza y pallaza. También son típicos los Hórreos.
La comarca está formada por 50 pueblos que pertenecen a su vez a los municipios de Vega de Espinareda, Villafranca del Bierzo, Fabero, Páramo del Sil, Palacios del Sil, Villablino, Peranzanes y Candín, todo desperdigados por los valles de Burbia, Ancares, Fornela y Balboa. De entre ellos destacoremos: Balouta, Candín, Espinareda de Ancares, Lumeras, Pereda de Ancares, Sorbeira, Suertes, Suárbol, Tejedo de Ancares, Villarbón, Villasumil y Piornedo.
Los ancareses tienen fama de buenos comerciantes, en el pasado muchos de ellos se dedicaron a comerciar con los valles y regiones vecinas, probablemente obligados por los pobres rendimientos de la agricultura (poca tierra y de mala calidad). Es tradicional el cultivo de la berza con el que se elabora el caldo ancarés. La ganadería ha tenido mucha importancia en la economía de la comarca, tanto en la obtención de productos cárnicos como lácteos.
Los Ancares están considerados como Reserva de la Biosfera. Las actividades más frecuentes que se pueden realizar en este inigualable paraje son el senderismo y el montañismo así como la pesca y la caza, los Ancares también tienen la denominación de Reserva Nacional de Caza.